sábado, 9 de abril de 2011

La poesía es eterna




La poesía es eterna
Por Fabián Núñez Baquero

No conozco expresión mas contundente que esta, refiriéndose a mi articulo,Ayer asesinaron a la poesía: Nadie puede matar la poesía, la poesía vive en cada arteria de la materia. Y pertenece a mi hija Nathalia. Este me parece un pensamiento muy profundo. La poesía está en cada arteria de la materia. Es decir, que es eterna e infinita como la materia, como sus arterias lo son. Entonces ¿quien puede matarla? O mas bien: Pretender matar a la poesía es un acto imposible, de imposibilidad absoluta. Y verbalmente, por teléfono, me lanzó un brillante aforismo concatenado: Nadie puede matar lo que ni siquiera sabe que existe, los ignorantes agno/poemáticos no tienen capacidad, no pueden matar lo que ni siquiera saben que existe, sencillamente no tienen blanco al que apuntar. Pensamientos que acato con sorpresa y con respeto: un ser perecedero como el hombre no puede matar a la sempiterna poesía. Estoy convencido que al inmortal Bécquer le agradaría una confirmación de lo que él ya lo expuso de alguna manera en su no menos inmortal poema:

No digáis que agotado su tesoro
de asuntos falta enmudeció la lira,
podrá no haber poetas,
pero siempre habrá poesía...

Pero Nathalia no se quedó allí. Aseguró que el panorama de desconcierto es hasta cierto punto mundial, no privativo de un solo país, pero que, a pesar de eso, debía también percibirse y dar a conocer los puntos positivos de cualquier mester de juglaría en cualquier poeta que por lo menos tenga producciones aceptables. Hablaba de una necesidad de que se haga conocer a los poetas y escritores de verdad, así como es necesario que se realicen conferencias, recitales en los recintos universitarios y colegiales y en lugares donde sea posible hacerlo. En realidad es todo un programa que tiene un contenido urgente y decisivo.

Pensé que bastaría que los maestros cumplan con su tarea de ensenar responsablemente lenguaje, y literatura y que, a la vez, como propio de su tarea, inviten a escritores y poetas para que den charlas o recitales en sus aulas. Pero nada de esto se da. Por el contrario parecería que se quiere levantar cada día mas una barrera de silencio, un muro de contención para impedir un verdadero progreso del arte de la palabra y hay casos en que los mismos maestros parece no tienen confianza ni conocimiento de su propio mester.

Otros poseen la pretensión de conocerlo demasiado y que ya no necesitan estudiar, peor enseñar lo que sea que ellos hayan alcanzado a asimilar. Y unos y otros no quieren, no desean que se den conferencias, recitales ni que sus alumnos ejerzan la tarea liberadora de la palabra. Los pocos jóvenes que tienen cierta inclinación por el arte son desmotivados, desmoralizados por los mismos maestros que no enseñan o que no conocen su propia materia o que, incluso tiene una presunción de ser artistas famosos o internacionales pero que no cumplen su labor como profesores.

Otros llegan a odiar la poesía porque han tenido la mala suerte de escuchar malos recitales de personas que fingen ser poetas o de francamente malos poetas cuyos textos no comprenden ni ellos mismo y que son tan disparatados como un cocodrilo dirigiendo la orquesta de Boston.

Nathalia insistió en que se lleve a cabo también recitales de musica, exposiciones de pintura, muestras de cine, pero bajo la guía autorizada de personas que verdaderamente conozcan del arte y no que vayan por simple pose o circunstancia a declarar paladinamente, me disculpan, pero aunque no sé de arte, voy a presentar esta exposición... como se ha atestiguado en varias ocasiones.

La critica debe llevar a la acción, repite Nathalia, a demostrar que los poetas y artistas son conductores de hombres y de pensamientos, de sensibilidad creativa y puntales de futuro, que pueden dar metas extraordinarias a los jóvenes. Ahora cuando existe un menosprecio evidente y soterrado para la cultura real, para el conocimiento, para la poesía, es bueno recordar que ésta es eterna, que ella hace venerables y respetables a los que en verdad se dedican a ella con conocimiento y verdad, con talento y nervios. Si podemos lograr que las personas tengan respeto por la poesía, por la cultura y por lograr que escritores y poetas lo sean de verdad, entiendo que daremos un paso de enorme importancia para el proceso vital del pensamiento y la palabra.

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¿Hasta cuándo?… P or Fabián Núñez Baquero 18/03/22   ¡ No más guerras por Dios! ¡ No más negocio...