Quiero
ser Presidente
Por Fabián Núñez Baquero
17/03/16
Quiero ser
presidente de este país. A como dé lugar. Para hacerme más rico.
El sueldo es lo de menos, se gana más en comisiones, en tráfico de
influencias. ¿Cómo?
Mediante el negocio de la política, el mejor
negocio del mundo, más del 100% de lo invertido.
¿De qué manera?
Mediante el instrumento más lindo inventado para mantener la
desigualdad: las elecciones. Me haré elegir, tengo dinero, mucho
dinero para publicidad, para emborrachar al pueblo con mi figura, con
mi imagen todos los días. Y si hace falta más pediré más
inversión a cambio de un tanto por ciento para los que me ayudan e
invierten.
¿Que soy
advenedizo en política?
No importa. Vivimos la época de los
advenedizos, de los improvisados, seré un improvisado más.
¿ Cuál es mi
meta?
Hacer un negocio más para ganar más dinero y acomodar a toda
mi familia, como todos los que han llegado a la presidencia. Es
simple.
¿Qué haré con la
deuda externa y los desempleados?
Me endeudaré más, después de
todo yo no pago nada, lo hacen los demás, y si es necesario venderé
todo el país, lo importante es mi bolsillo y el de mi familia, mis
parientes.
Me importa un pito
los desempleados, que se vayan a freír espárragos. Claro, por
supuesto, que antes, para ganar votos, prometeré empleo para todo el
mundo, aun estando ya en el sillón presidencial seguiré haciendo
campaña, lavando el cerebro a todo el mundo.
¿Personal?
¿Eso
no más? Cuando usted está en la franca ruta de ganar las elecciones
se le pegan como ladillas un montón de tontos-vivos, de sapos de la
Grecia, cada cual más sabiondo que otro, cualquier cantidad de
inventores del agua tibia y de cómo planchar lo torcido y lo
arrugado.
¿Mi ideología, mi
partido?
Soy pancista, adoro mi Panza, con tal que ella siga estando
llena, no me importa que el mundo se acabe. Mi Panza es mi Partido y
mi ideología.
¿Experiencia?
Tengo un primo que fue alcalde y me ha dicho que es posible ser
sinvergüenza y pasar como hombre cívico, hacer pequeñas chauchas
como arreglar paradas de Trole-bus o hacer avenidas perimetrales y
pasar como un hombre que construye, que hace cosas y al mismo tiempo
ganar dinerales. Eso sí no hay que descuidarse de construir
carreteras y puentes, eso es bien visto por el pueblo y de paso te
forras de dinero.
¿Los banqueros?
Mi
tío el banquero me ha dicho, no te preocupes, despotrica contra la
banca, dí lo que quieras contra los banqueros pero sigue permitiendo
que sigamos haciendo negocios a nuestra manera.
¿Y la lucha contra
la pobreza?
No soy filántropo ni redentor, soy hombre de negocios.
Si hasta Cristo dijo que habrá siempre pobres, entonces que haya
pobres nos conviene a mi y a la iglesia.
¿ Los trabajadores
y los pobres?
De eso es de lo que menos me preocupo: los dirigentes
sindicales se contentan con un dólar de aumento en los salarios y
seguir con el negocio de la sindicalería, son también buenos
pancistas.
¿El petróleo?
Haré
buenos negocios hasta cuando se acabe , lo entregaré a la China o a
la Cochinchina con tal de forrarme los bolsillos.
¿Que ellos se
llevan lo mejor y dejan arruinada la ecología, los ríos, las
siembras? A mi eso no me importa, después de todo cuando termine mi
presidencia me iré de aquí a vivir en EEUU o Europa, no es asunto
mío.
¿La Pachamama?
No
soy mitómano ni ecologista, por supuesto seguiré poniendo nombres
quechuas a las actividades culturales con tal que me dejen hacer
negocios. El negocio es lo primero y después que la Pachamama o
Pachacutic hagan los que les dé la gana.
¿ El ahorro? Seré
muy cuidadoso, ahorraré en Suiza, invertiré en hoteles 7 estrellas,
compraré terrenos, naturalmente, dentro y fuera del país, y, para
disimular, simularé ser pobre o pequeño burgués con pequeños
recursos, así estará a salvo mi negocio.
¿Para sostenerme?
Simple, subiré el sueldo a policías y militares, permitiré que
hagan, como yo, buenos negocios, que también se hagan ricos.
¿ La oposición?
Convertiré a todos en pancistas, en diputados, asambleistas de la Gran Panza y haré que también
hagan negocio con sus votos. Pondré una tarifa para cada aprobación
a mi favor que hagan en la Asamblea.
¿Y el pueblo?
No se
preocupe, la mayoría ya son pancistas, y si no lo son todavía los
afiliaré a mi partido de la Gran Panza, les convertiré en grandes
ganadores de la Gran Panza, es lo que quieren, verá como tengo
éxito.
¿Y la
fiscalización? Perdone aquí no fiscalizan a nadie y si lo hacen
compraré a la Contraloría y a los controladores, y en el último de
los casos iré a un país donde no haya extradicción, donde nadie me
pueda hacer volver.
¿Si no temo por mi
vida? No. Muerto por mil, muerto por un millón. Prefiero el millón,
la lotería de la presidencia.
1 comentario:
La realidad matizada de humor encuentro en este excelente texto.
Felicitaciones y mi admiraciòn
Publicar un comentario