jueves, 17 de marzo de 2016

Quiero ser Presidente




Quiero ser Presidente
Por Fabián Núñez Baquero
17/03/16

Quiero ser presidente de este país. A como dé lugar. Para hacerme más rico. El sueldo es lo de menos, se gana más en comisiones, en tráfico de influencias. ¿Cómo? 
Mediante el negocio de la política, el mejor negocio del mundo, más del 100% de lo invertido.
¿De qué manera?
 Mediante el instrumento más lindo inventado para mantener la desigualdad: las elecciones. Me haré elegir, tengo dinero, mucho dinero para publicidad, para emborrachar al pueblo con mi figura, con mi imagen todos los días. Y si hace falta más pediré más inversión a cambio de un tanto por ciento para los que me ayudan e invierten.
¿Que soy advenedizo en política? 
No importa. Vivimos la época de los advenedizos, de los improvisados, seré un improvisado más.
¿ Cuál es mi meta? 
Hacer un negocio más para ganar más dinero y acomodar a toda mi familia, como todos los que han llegado a la presidencia. Es simple.
¿Qué haré con la deuda externa y los desempleados?
 Me endeudaré más, después de todo yo no pago nada, lo hacen los demás, y si es necesario venderé todo el país, lo importante es mi bolsillo y el de mi familia, mis parientes.
Me importa un pito los desempleados, que se vayan a freír espárragos. Claro, por supuesto, que antes, para ganar votos, prometeré empleo para todo el mundo, aun estando ya en el sillón presidencial seguiré haciendo campaña, lavando el cerebro a todo el mundo.
¿Personal?
 ¿Eso no más? Cuando usted está en la franca ruta de ganar las elecciones se le pegan como ladillas un montón de tontos-vivos, de sapos de la Grecia, cada cual más sabiondo que otro, cualquier cantidad de inventores del agua tibia y de cómo planchar lo torcido y lo arrugado.
¿Mi ideología, mi partido? 
Soy pancista, adoro mi Panza, con tal que ella siga estando llena, no me importa que el mundo se acabe. Mi Panza es mi Partido y mi ideología.
¿Experiencia? 
Tengo un primo que fue alcalde y me ha dicho que es posible ser sinvergüenza y pasar como hombre cívico, hacer pequeñas chauchas como arreglar paradas de Trole-bus o hacer avenidas perimetrales y pasar como un hombre que construye, que hace cosas y al mismo tiempo ganar dinerales. Eso sí no hay que descuidarse de construir carreteras y puentes, eso es bien visto por el pueblo y de paso te forras de dinero.
¿Los banqueros?
Mi tío el banquero me ha dicho, no te preocupes, despotrica contra la banca, dí lo que quieras contra los banqueros pero sigue permitiendo que sigamos haciendo negocios a nuestra manera.
 ¿Y la lucha contra la pobreza? 
No soy filántropo ni redentor, soy hombre de negocios. Si hasta Cristo dijo que habrá siempre pobres, entonces que haya pobres nos conviene a mi y a la iglesia.
¿ Los trabajadores y los pobres? 
De eso es de lo que menos me preocupo: los dirigentes sindicales se contentan con un dólar de aumento en los salarios y seguir con el negocio de la sindicalería, son también buenos pancistas.
¿El petróleo? 
Haré buenos negocios hasta cuando se acabe , lo entregaré a la China o a la Cochinchina con tal de forrarme los bolsillos.
 ¿Que ellos se llevan lo mejor y dejan arruinada la ecología, los ríos, las siembras? A mi eso no me importa, después de todo cuando termine mi presidencia me iré de aquí a vivir en EEUU o Europa, no es asunto mío.
¿La Pachamama?
 No soy mitómano ni ecologista, por supuesto seguiré poniendo nombres quechuas a las actividades culturales con tal que me dejen hacer negocios. El negocio es lo primero y después que la Pachamama o Pachacutic hagan los que les dé la gana.

¿ El ahorro? Seré muy cuidadoso, ahorraré en Suiza, invertiré en hoteles 7 estrellas, compraré terrenos, naturalmente, dentro y fuera del país, y, para disimular, simularé ser pobre o pequeño burgués con pequeños recursos, así estará a salvo mi negocio.

¿Para sostenerme?
 Simple, subiré el sueldo a policías y militares, permitiré que hagan, como yo, buenos negocios, que también se hagan ricos.

¿ La oposición? 
Convertiré a todos en pancistas, en diputados, asambleistas de la Gran Panza y haré que también hagan negocio con sus votos. Pondré una tarifa para cada aprobación a mi favor que hagan en la Asamblea.

¿Y el pueblo?
 No se preocupe, la mayoría ya son pancistas, y si no lo son todavía los afiliaré a mi partido de la Gran Panza, les convertiré en grandes ganadores de la Gran Panza, es lo que quieren, verá como tengo éxito.

¿Y la fiscalización? Perdone aquí no fiscalizan a nadie y si lo hacen compraré a la Contraloría y a los controladores, y en el último de los casos iré a un país donde no haya extradicción, donde nadie me pueda hacer volver.

¿Si no temo por mi vida? No. Muerto por mil, muerto por un millón. Prefiero el millón, la lotería de la presidencia.

1 comentario:

Ana Cevallos Carrión dijo...

La realidad matizada de humor encuentro en este excelente texto.
Felicitaciones y mi admiraciòn

¿Hasta cuándo?…

¿Hasta cuándo?… P or Fabián Núñez Baquero 18/03/22   ¡ No más guerras por Dios! ¡ No más negocio...