martes, 27 de noviembre de 2018

La poesía y el cine

La poesía y el cine

Por Fabián Núñez Baquero
11/27/2018 

El cine, como la poesía, se basa en la imagen. Pero aislada no significa nada, debe siempre poseer un contexto, una continuidad, una semántica. El poema lo es si no le falta sentido, si cada palabra del verso poema presenta un panorama anímico y visual, si el texto y el contexto se anudan en la simetría de la coherencia sensitiva, si cada palabra arma la tienda del significado. 

Si  presento la  perspectiva fílmica de un río caudaloso y un retazo de iceberg, se presume ya un tema o una historia del círculo polar o de un ambiente nórdico . Si retorno con la cámara al río y destaco en la corriente huellas de sangre...entonces se abre una línea nueva que sugiere violencia o huellas de violencia… Texto y contexto deben estar amarrados a la concordancia entre visión y visión. Por más lenta que se desplace la cámara el movimiento debe ceñirse a su propia lógica sensorial.
 
El desafío del cine debería ser: valerse solo de la visión para narrar o explicar sin apoyarse en la palabra o en el sonido. De hecho así empezó este arte, y, claro,en ese tiempo había que desplegar mayor agudeza para entender el argumento.
 
La palabra, la poesía se defiende sola. La música también lo hace, aunque una y otra sean complementarias. Ambas son independientes, pero pueden colaborar, y lo hacen. Solo las personas talentosas prefieren concentrarse solo en la música instrumental o solo en la palabra poética.  El cine debería proceder como ella o como los amantes que se entienden sin palabras, solo mirándose, con la mímica de la comprensión visual. Una película de calidad debería armar la edición sin palabras y sin música para intentar la victoria del sentido, de la imaginación, logrando la plenitud del significado propuesto por el director.
 
Presentar el movimiento en vivo ha sido una verdadera hazaña de la técnica, pero añadirle sonido y palabras, apareciendo como un adelanto, en la práctica es una merma de la inteligencia, es como dotarle al individuo de muletas para el entendimiento y la visión. El cine mudo exigía tanto al artista como al público un verdadero virtuosismo de talento para atender y entender los mensajes sensoriales. Tal como una radio novela estiraba las neuronas de la gente que ponían imagen y vestido a los personajes y una escenografía inventada por cada uno.

 Ahora el colmo del confort es disponer de películas donde nos sirven todo, hasta la cuarta dimensión. Palabra, música, sonido, efectos especiales y espaciales y hasta explicaciones adicionales, son elementos que acortan la capacidad intelectiva y sensorial.
 
No podemos negar que estamos orgullosos y contentos con disponer del deslumbramiento tecnológico de hoy en día, con las sorpresas creativas de cada momento que nos causan gozo y asombro. Y el cine es hoy nuestro aliado cotidiano, nuestra fuerza y nuestra debilidad, la demostración palmaria de que no podemos vivir sencillamente con nosotros mismo. 

Si quisiéramos sintetizar podríamos decir que estos nuevos inventos son extensiones externas de nuestros sentidos y que aunque nos enriquecen por un lado,por otro merman nuestros recursos interiores. Es posible que ya esté cerca el tiempo cuando un poeta-no puede ser otro- escriba o vocalice con oralidad cabalística:
 
 Estamos en una época en que ya nos estorba tantos artefactos y artilugios externos o yuxtapuestos como los micro chips que se implantan en el cuerpo los noveleros y esnobs  que no faltan. Los verdaderos adelantados de la ciencia deberían proponer- como lo hace el poeta- prescindir de las muletas de la inteligencia y volver a la desnudez palmaria de los sentidos, para agudizarlos y prepararlos para el salto revolucionario hacia la telepatía, la comunicación y entendimiento a distancia. 

Propongo investigar e inaugurar los fenómenos extrasensoriales donde solo nuestro cuerpo y sus sentidos sean los protagonistas. 

Nada de aparatos electrónicos o simplemente mecánicos: hacer que nuestro cuerpo sea- como lo ha sido desde hace millones de años- el objeto único de percepción y de entendimiento, mensajero y receptor, inventor e invento al mismo tiempo, poema y poeta, palabra y significado, acción y ensoñación, arte y artesanía, obrero y herramienta.

 Un cuerpo planetario y extra planetario, listo para enviar y recibir señales y para ejecutar trayectorias globales e individuales al mismo tiempo. ¡Que nuestro cuerpo se convierta en un holograma completo irradiando en los mundos!
 
Pero hasta tanto…1



No hay comentarios:

¿Hasta cuándo?…

¿Hasta cuándo?… P or Fabián Núñez Baquero 18/03/22   ¡ No más guerras por Dios! ¡ No más negocio...